Ayer, después de 6 años y 6 días, cerré el capítulo de Shanghai que fue tan importante, hermoso y decisivo en mi vida.
Dejar las llaves de la casa de Julu lu, del estudio, deshacerme del 90% de mis pertenencias y dar un tripe salto mortal para aterrizar en Chiang Mai, no ha sido un proceso fácil.
Podría escribir mil razones por las que decidí que me tenía que ir de China. Pero la razón fundamental es que necesitaba un cambio.
Los dos últimos años en Shanghai fueron muy intensos y difíciles. Aunque inmensamente gratificantes en cuanto a mi trabajo. Haber conseguido montar CeliaB en China, un estudio de diseño, equipo de producción y distribución prácticamente sola me llena de orgullo, pero fue un acto bastante temerario. He aprendido muchísimo de este proceso y a partir de ahora centraré mis esfuerzos en encontrar apoyos para continuar con este proyecto a nivel global manteniendo una fuerte presencia en China. La mayor parte del tiempo la pasaré trabajando desde mi estudio de Chiang Mai y viajando en busca de inspiración y nuevas colaboraciones.
Pero volviendo a Chelichina, voy a contar cómo ha sido la despedida de Shanghai...
Llegué de Chiang Mai el viernes y tenía 10 días para organizarlo todo. El sábado fue la despedida de Tiago, íntimo amigo y compañero de andanzas que se ha instalado en NYC. El domingo pasamos el día juntos y también se unió Kike. Aquí estamos los 3 en el estudio
En la foto podéis ver lo petado que está....aún no sé cómo he podido vaciarlo!! Pasamos días haciendo cajas y tirando bolsas tan altas como yo llenas hasta arriba. Algunas cajas con materiales las mandamos a Thailandia, otras, se quedan en China. Mi equipo de producción y ventas se queda en Shanghai. Sunny a la cabeza es la que va a gestionar la producción, aquí estamos las dos este domingo, en el estudio ya vacío...
Fué un proceso durísimo y extenuante...vaciar el estudio y mi casa a la vez! Había días que iba llorando desde casa todo el camino hasta el estudio...venía gente a despedirse y no podía dejar de llorar. Sentía que se me había ido la pinza, estaba shockeada deshaciéndome de casi todas mis cosas, marchándome lejos de mis amigos, de mi equipo, de mi sitio durante los 6 últimos años!
Una de las cosas más duras ha sido despedirme de Andrea, somos inseparables desde la primera semana que llegué, hemos viajado juntas a un montón de sitios...y además somos vecinas de Julu lu, puerta con puerta! Estábamos las dos bastante hundidas....
No salimos muy bien en la foto pero es que al final no nos hicimos una en condiciones estos días. Esto fue el viernes pasado en La Vite, uno de mis sitios preferidos de Shanghai, donde nos hemos reunido un montón de veces con amigos para cenar y festejar. El viernes pasado hicimos una pequeña reunión
Ahí estamos Cruz Ma, Andrea, Ariel e Iñaki, mi compi de piso y amigo desde mucho antes de que se viniera a Shanghai.
El día siguiente hizo un tiempo espléndido, llegó la primavera por un día! Pasé un día estupendo con Ariel, también amigo desde los comienzos en la aventura Shanghainesa, nos conocimos siendo vecinos en Julu Lu.
Primero comimos en una terraza al sol y luego paseamos por la French Concession descubriendo joyas escondidas. Ariel me enseñó el museo de Artes Decorativas, una mansión impresionante tipo "El Imperio del Sol" de esas que te hacen viajar a otras épocas...pensamos que seguramente para los expats que vivieron en el Shanghai de los años 30 debió de ser muy divertido también :)
Luego paseamos hasta Yongkang Lu, una calle semi peatonal donde se reúnen casi todos los expats...estaba hasta los topes, y no conocíamos a nadie ya!
Seguimos paseando, decubriendo callecitas, micro mundos ajenos al ajetreo de la locura de Shanghai. Sitios llenos de encanto, de historia y de vecinos apacibles
Me encantaba pensar en la suerte que hemos tenido viviendo en un mundo tan distinto, en haber conseguido integrarnos un poco en esta cultura tan extraña y lejana. Y disfrutaba muchísimo escuchando a Ariel hablando en chino con los vecinos y siendo capaz de entender lo que decían e interviniendo en nuestras escuetas conversaciones con ellos.
Para dejar huella de nuestra estancia en Shanghai, hicimos una pequeña gamberrada...grabamos nuestras manos en el suelo
Fue un día muy bonito, el único que me tomé "OFF" de la locura de empaquetar y tirar cosas...
Deshacer mi casa, no fue tarea fácil tampoco
Me encanta que muchos amigos han heredado mis cosas, la casa de Andrea y Fan ha quedado preciosa para mi gusto :))
También he dado muchísma ropa y todo tipo de cosas...esto me ha hecho reflexionar bastante acerca de la acumulación de cosas...yo siempre he sido una consumista empedernida y me doy cuenta de que es tan absurdo! es una trampa...las cosas no sirven para nada, sólo para atarnos...no creo que me vuelva minimalista a partir de ahora, pero me siento muy liberada llevando una vida mucho más austera y simplificada en Chiang Mai.
Mi Ayi ha sido una de las mayores beneficiarias de mi purga, se llevó entre otras muchas cosas, unos manguitos que había comprado cuando me fascinaban los manguitos, os acordáis?
Lo que lloramos mi Ayi y yo....Sí, ha sido muy triste despedirme de esta etapa tan especial. He estado sintiendo que tenía que marcharme durante muchos meses, y cuando al fin estaba pasando tenía todo tipo de sentimientos encima: pánico, stress, ansiedad e incluso depresión...ha sido un proceso largo y doloroso, pero ahora ya está hecho y toca mirar hacia el futuro.
Echaré muchísmas cosas de menos de Shanghai y de mi casa de Julu Lu. Esta vista, con la Yan'An Lu iluminada con neones y los coches "volando" sobre People's Square hasta Pudong la extrañaré seguro. Mi momento Blade Runner...
Aunque volveré muy seguido, en un mes y medio lanzamos nueva colección e inauguramos showroom en Xintiandi...hay muchas cosas que me unen a esta ciudad, trabajo y amigos especialmente, así que esto es un pequeño hasta luego!
Ya de camino al aeropuerto iba escuchando mi nueva canción favorita que me regaló Ariel. La letra está en hebreo y no la entiendo, pero me emocionaba igual.
Siempre me ha encantado el trayecto de casi una hora desde mi casa al aeropuerto de Pudong o viceversa, voy escuchando música, mirando por la ventana, con ilusión por seguir emprendiendo viajes, por conocer el mundo y descubrir las sorpresas que depara la vida.
Ha llegado la hora de levantar el vuelo y me siento ligera y feliz.
Sé que necesitaré un tiempo para encontrar mi sitio, de momento, la siguiente parada es Chiang Mai, una ciudad al norte de Thailandia llena de color, inspiración, comida vegetariana, cocos, bordados y textiles increíbles!
Seguiré narrando mis aventuras, por ahora en instagram y dentro de muy poco desde un nuevo blog en mi web.
Nos vemos por el mundo :)
Un beso,
Chelichina