Bochum, que no Bochüm ( siempre lo escribo mal porque me parece que la diéresis le da un toque más teutón!), es una ciudad que está en el noroeste de Alemania, en la cuenca del Ruhr. Esta zona es muy indistrial, o lo fue en su día. Había muchas minas e industria metalúrica, como en la zona central de Asturias, por eso está hermanada con Oviedo. De hecho, yo ya conocía esta ciudad antes de haber estado allí, pues en Oviedo tenemos una gran campana de acero que es un regalo de Bochum y una réplica de otra que tienen allí. Bochum es también importante por su universidad y su intensa actividad cultural, desde la reconversión de la zona y los cambios estructurales que ha habido en el sector industrial europeo, han sabido reciclarse muy bien y han transfornado parques indiustriales en museos y en zonas de recreo, también organizan festivales de cine, música, teatro...hay un gasómetro gigantesco que alberga exposiciones muy interesantes, hace 7 años ví una de Bill Violá impresionante.
Es muy gracioso que Robert y Micha, mis mejores amigos del erasmus, viniesen de la universidad de Bochum, porque ya conocían Oviedo y yo Bochum (que no es que sean las ciudades más populares de nuestros respectivos países). Ellos habían venido a visitarme en San Mateo hace ocho años, y yo había estado en Bochum hacía siete...y no había vuelto a ver a Robert desde entonces. Volví hace una semana para asistir a su boda.
Pero primero, y antes de la boda, lo primero que hice nada más llegar, fue comerme una CURRY WURST, especialidad de la zona que me encanta, consiste en una salchicha con una salsa a base de keptchup y curry...super sano!
Y al día siguiente, la boda. Robert y Christina llevan 6 años juntos, hacen una pareja muy bonita, se les veía tan contentos y tan enamorados...la ceremonia, por lo civil, fue preciosa, se hicieron muchas promesas y declaraciones de amor, yo no entendí nada, pero me emocioné igual...todo el mundo se emocionó!
En el norte de Europa las bodas funcionan así: te pueden invitar a la ceremonia, al champange-recepción de después o a la cena, que es más íntimo, a todo, o a sólo a una cosa. Por eso en la ceremonia mucha gente va de calle, se pasa para saludar y felicitar a los novios...pero yo ya iba toda peripuesta desde primera hora!
De ahí a la recepción, se brinda por los novios, se come la tarta nupcial y se socializa con el resto de invitados
En esta foto estamos Micha, Diego, amigo italiano del erasmus que ha venido desde Las Vegas donde vive ahora, Alex otro caro amico de Milán y Susanne, la novia de Micha. Abajo estamos con Robert
La cena fue en una antigua imprenta restaurada. Estaba decorada e iluminada muy bonita, ahí cenamos, bailamos y nos divertimos hasta altas horas de la madrugada
La madre de Robert y yo tuvimos un flechazo, una mujer excepcional, hizo un discurso muy bonito y tuvo el detalle de darnos una traducción en inglés a los extranjeros de la fiesta, el discurso y la velada en general trató sobre el Carpe Diem y aprovechar el momento presente
Al día siguiente, a pesar de haber dormido todos poquísmo, estabamos muy animados, tomamos el frustrük (desayuno en alemán) en el bar del hotel
Y luego enpezaron las despedidas...Diego, Alex y Susanne cogieron el tren, Harry, Anna y Torben volvían en coche a Hamburgo...qué pena pero qué bien habernos juntado todos, una última foto de grupo en la banhoff
Y el resto del día lo aproveché para pasear por la ciudad, me encantó volver a estar por las calles de Bochum!
Visitamos una expo de street wear art en un sitio muy interesante, con fiesta nocturna a la que luego fuimos
También fuimos al LIDL (que es alemán!) donde ví los cereales que compro en Shanghai 6 veces más baratos!!
Cenamos en casa de Diana, una chica italo-rumana, aficada en Alemania muy maja ( la que sale en la foto de la expo), abrió un rioja del año de mi última visita a la ciudad, estaba buenísimo
Chistina con Giorgios y Kyal, antiguos conocidos de Bochum y de Madrid porque hicieron el erasmus allí hace 8 años. Fue una noche muy divertida, nos reímos un montón y luego fuimos a bailar música buenísima como sólo en Alemania saben pinchar!
El día siguiente lo pasamos en la zona donde vive Robert, en medio de la naturaleza.
Fuero unos días geniales...y ver otra vez a Micha y a Robert, después de tantos años, ya no sabes cuándo ni cómo será el proximo reencuentro...ha sido como si el tiempo no hubiese pasado, nos seguíamos rinedo de las mismas chorradas y de los mismos viejos chistes, seguíamos siendo los mismos, a pesar de que el tiempo pasa y la vida cambia...
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